1/08/2018

Un día determinado dos personas tienen que tomar una iniciativa, una importante decisión, incluso algunas veces, solo una de esas personas decide tomar ella la decisión, puesto que la otra se echa atrás, o simplemente desaparece de tu vida, por temor. A raíz de esa decisión, naces tú, dónde los primeros años no tienes más preocupaciones que la de con qué juguete jugar. Pero por desgracia, los años pasan y las personas crecemos, maduramos y vamos cogiendo consciencia del mundo que nos rodea( al menos la gran mayoría jeje). 
Y una mañana cuando abres los ojos no sabes en que momento has dejado de jugar en un parque, no sabes por qué ya no eres capaz de hacer que tus muñecos luchen como si de una película se tratase!!.
En cambio, es a tu grupo de amigos, unas ciertas personas de las cuales crees conocer casi todo, de las cuales crees poder confiar, y de las cuales, aunque se acabe el año escolar y toméis rumbos distintos, crees que seguirán ahí.
Dos años más tarde de haber emprendido tu nueva vida, ves una foto, esa maldita foto, que te hace echar la vista atrás, poner esa cara de anhelo y recordar todos los buenos momentos vividos con esas personas a las que llamabas amigos, ya que si te pones a pensarlo esas personas no te han llamado, han continuado con su vida y han decidido que tú no formes parte de ella.
Más tarde es cuando aparecen nuevas personas en tu vida y te niegas a encariñarte  con ellas por el simple temor de que la historia se repita.





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